Alicante

Sobre la muralla, en el paseo de ronda, medio centenar de arqueros esperaba el momento oportuno para lanzar sus flechas impregnadas de aceite y envueltas en fuego. En el mismo lugar, una veintena de recios mozos se apresuraba a preparar los pesados proyectiles que serían disparados, con los cañones, contra las embarcaciones sarracenas. En la playa, decenas de cristianos, armados con estoques, lanzas y arcabuces, esperaban coléricos el momento del desembarco para acabar con el indeseado enemigo.

Y… Comenzó una encarnizada batalla entre los vileros y los berberiscos capitaneados por Zallé Arraez.